Profesionales creativos e innovadores
La formación técnica profesional y tecnológica estrecha su articulación con la solución de problemas tecnológicos en cualquier sector de la producción de bienes y servicios (industrial, agropecuario, de la minería, del petróleo, de la salud, de la educación).
La gran importancia social y económica de las profesiones técnicas reside en el papel central que desempeñan en las sociedades modernas, en la mayor diversificación y modernización de la estructura ocupacional, por tanto en la redistribución del ingreso y en la conformación de sociedades más igualitarias.
Por lo tanto, requiere un alto nivel de calidad que debe estar estrechamente relacionado con el nivel universitario, en particular con las ingenierías y las ciencias aplicadas (Física y Química), para lograr así el doble propósito de asegurar
fundamentación científica y metodológica y otorgarle el estatus académico y social a esta formación.
Para el catedrático es muy importante que las carreras técnicas y tecnológicas tengan una formación común centrada en los fundamentos de los saberes, que desarrolle la capacidad de abstracción (habilidad necesaria para manejar sistemas y modelos simbólicos); el pensamiento sistémico, no reduccionista ni simplificador (observar y analizar los fenómenos con una visión de conjunto, teniendo en cuenta cada elemento y la forma como interactúan y dependen unos de otros); la capacidad y actitud para la experimentación (el aprendizaje aplicado a la deducción o inducción de fenómenos y procesos que lleven al desarrollo o a la generación de nuevas teorías o avances del conocimiento); y la capacidad para el trabajo en equipo (determinado por las habilidades comunicativas y humanísticas que favorezcan el trabajo Inter y trans disciplinario). Es decir, que promueva profesionales creativos e innovadores.
En términos de teorías del aprendizaje significa implantar estrategias de aprendizaje transformacionales, o sea, las que generan un procesamiento mental profundo, enfocadas a analizar, sintetizar y relacionar conscientemente el conocimiento nuevo con el que ya se conoce. Y abandonar las actuales estrategias de aprendizaje reproductivas, que inciden en un procesamiento mental superficial, enfocadas a devolver la información presentada.
Por lo tanto, requiere un alto nivel de calidad que debe estar estrechamente relacionado con el nivel universitario, en particular con las ingenierías y las ciencias aplicadas (Física y Química), para lograr así el doble propósito de asegurar
fundamentación científica y metodológica y otorgarle el estatus académico y social a esta formación.
Para el catedrático es muy importante que las carreras técnicas y tecnológicas tengan una formación común centrada en los fundamentos de los saberes, que desarrolle la capacidad de abstracción (habilidad necesaria para manejar sistemas y modelos simbólicos); el pensamiento sistémico, no reduccionista ni simplificador (observar y analizar los fenómenos con una visión de conjunto, teniendo en cuenta cada elemento y la forma como interactúan y dependen unos de otros); la capacidad y actitud para la experimentación (el aprendizaje aplicado a la deducción o inducción de fenómenos y procesos que lleven al desarrollo o a la generación de nuevas teorías o avances del conocimiento); y la capacidad para el trabajo en equipo (determinado por las habilidades comunicativas y humanísticas que favorezcan el trabajo Inter y trans disciplinario). Es decir, que promueva profesionales creativos e innovadores.
En términos de teorías del aprendizaje significa implantar estrategias de aprendizaje transformacionales, o sea, las que generan un procesamiento mental profundo, enfocadas a analizar, sintetizar y relacionar conscientemente el conocimiento nuevo con el que ya se conoce. Y abandonar las actuales estrategias de aprendizaje reproductivas, que inciden en un procesamiento mental superficial, enfocadas a devolver la información presentada.
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